domingo, 30 de diciembre de 2007

ASTORGA - Años '30 (6ª)

(Mi abuelo)
He ido haciendo algunas referencias a establecimientos y personas a través de las calles y siempre se quedarán nombres en el olvido, a fin de cuentas estoy relacionando cosas hasta la edad de siete u ocho ańos que dejaría mi ciudad al ser trasladado mi padre. Claro que regresé para continuar con el bachillerato los cursos segundo y tercero creo que a partir del '43 – '44 , pues el Dr. Mérida Pérez, obispo de Astorga, persona que según se decía por entonces tenía mucha vara alta en Madrid consiguió para nuestra ciudad el Instituto de Enseńanza Media que en esas fechas sólo tenían León y Ponferrada. De esos años desmenuzaremos personajes y acontecimientos que de ellos puede guarde más fiel memoria.
De la calle Pío Gullón me parece recordar a dos hermanos de parecida edad a la mía, Arrojo, de fuerte contestura. Uno de ellos profesaría el sacerdocio según me han informado ultimamente. De la plaza Mayor Fernando Blanco, a quien tendríamos que hablarle en un tono más alto del normal; dolencia muy frecuente en Astorga y casualmente en gente muy jóven. Me gustaría saber si se ha hecho algún estudio sobre esta muy generalizada dolencia astorgana ya que entre amigos y conocidos el número de afectados es muy elevado.
La familia Aragón, de mi amigo Pepe Aragón, de habilidad extraordinaria para el dibujo. Recuerdo que vivían en la casa donde existía un Consulado de algún pais sudamericano. La funeraria La Dolorosa con sus ataudes que les llamábamos cajas de muerto, colocados casi verticalmente en la entrada del establecimiento mostrando la comodidad de su interior morado o negro aunque acolchado. Colgados en su interior brazos, manos, piés, piernas de cera que luego en los Santuarios e iglesias de los pueblos adornaban sus muros. Su nombre era de “exvotos”, ofrendas a Dios como agradecimiento por favores recibidos y relacionados con los miembros de cera que se ofertaban.
La zapatería de Constantino Alvarez, con sus hijas, mas Jero, mi amigo, Angel y Tancio. Constantino tenía una voz muy fina, casi silbante y al hablar brillaba resplandeciente alguna pieza de oro de su dentadura. Su establecimiento podía estar situado en la plaza Mayor o el número dos de la calle La Bańeza, frente al lateral derecho de la casa consistorial. Todo el frente de la plaza lo ocupaba y ocupa el Ayuntamiento y detrás del mismo la tienda de tejidos La Fábrica de Don Pompeyo establecimiento que disponía de un largo mostrador sobre el que solía descansar alguna rectangular vara para medir las telas, mostrador que era atendido por el Sr. Nieto, mi tio Andrés, y si no recuerdo mal Amador. Los dos últimos se establecerían posteriormente, uno en la plaza del León y el Aguila y el otro en la plaza Mayor. Desde luego Nieto, el seńor Nieto con su familia, he dicho vivía en Pío Gullón. Había tambien en la plaza, aparte del estanco y la tienda de tejidos de la familia de mi amigo José Miguel Gavela, la farmacia de Nuńez cuyo hijo en un accidente en la estación de ferrocarril perdió una mano. Un despacho de Lotería y naturalmente el lugar donde se colocaban las carteleras de los cines: a la derecha mirando al ayuntamiento la del Velasco y a la izquierda la del Gullón.
En los soportales alumbrados con lámparas de carburo, puestos de “cacagüeses”, manzanas de caramelo rojo, cigarrillos de anis, chuplilargos y en Semana Santa unas pelotas blancas con una goma larga que se compraban para darle algún “pelotazo” a las piernas de las chicas. La Banda municipal tocaba en las mañanas soleadas del invierno y los maliciosos decían que el director preguntaba: Hay forasteros...? Pues la de siempre. También en esta zona ancha de las plaza se situaba el barquillero que aparte de servir los barquillos y “obleas” a los chicos, en horas menos infantiles se jugaba “al clavo” de tal manera que un jugador iba doblando la jugada en tanto la lengüeta no se detuviera en una de las cuatro figuras de flecha que llamaban clavo pintadas en el fondo de la ruleta. El Banco Herrero, banco de origen asturiano donde Balbín parece ser estuvo en alguna ocasión en Astorga. Otro director me parece recordar se apellidaba Satué.
En esa plaza una mañana soleada pudimos ver a un chavalito de muy pocos años, vestido de uniforme militar, pantalón recto, guerrera y correaje asi como el gorro con la borla correspondiente. Niño que había nacido durante el asedio al Alcazar de Toledo que defendía Moscardó. Se trataba de Restituto Valero (Alcazar Trimotor) y claro está, la envidia de los pequeñajos que no teniamos uniforme podía reflejarse en nuestra miradas. Si que recuerdo un niño de más o menos mi edad con unos largos tirabuzones rubios, de punta en blanco que formaba parte de una comitiva en la que destacaba un ama de cria, nodriza, pulcramente uniformada con cofia y delantal blanco sobre vestimenta larga de rayas verticales azulinas sobre fondo blanco, naturalmente, pechugona ella símbolo inequivoco de su maternal profesión. Seguro de familia de alto copete veraneante trimestral que por una temporada regresaba al terruño de origen. El niño sin aro de madera y palito empujador, no vayamos a describir “fotos” de la época, así, de cualquier manera.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, lo primero es felicitarla por su cuaderno, resulta muy grato recorrer sus entradas. Felicidades.
En su entrada del martes 20 de noviembre de 2007: Astorga – Años 30 (3ª) hace referencia a Rectivía. Por causas ajenas a mi voluntad la web ha sido reestructurada y el enlace en estos momentos es erróneo. El correcto es http://www.rectivia.org/p3a0.html.

También decirle que hay una nueva página, la siguiente, con el título “Los sacerdotes de la parroquia” en la que mencionamos a su tío Amando.

Saludos cordiales, Julio Ramos.

julian dijo...

magnifico relato de recuerdos de nuestra quesida Astorga..., les invito a pasarse por nuestro facebook para compartir sus recuierdos con nosotros... wtto://fecebook.com/difundirastorgapreciosa con su permiso he puesto un enlace desde el a este blog tan magnífico, para que nuestros amigos lo conozcan. Enhorabuena.

eloy dijo...

Hola , me gustan mucho sus memorias. Soy Eloy Rubio Carro, de Astorga, coordino la revista cultural del periódico digital A
Astorgaredacción y me gustaría poder publicar en la revista del fin de semana estas memorias suyas.
Mi correo electrónico es eloyrubiocarro@gmail.com